lunes, 28 de mayo de 2012

UN SOPLO DE VIDA ETERNA

De repente necesito que me abraces y no me dejes
De repente deseo escucharte y no dejar de oír Tus bellas palabras 
De repente cierro los ojos y Te veo, no queriendo abrirlos nunca 
De repente siento Tu amor que me llena y anhelo más 

Un instante nada más, y todo cambia 
Un gesto de aprecio y voy hacía Ti sin dudar 
Te amo como a nadie he amado jamás 
Jesús, heme aquí. 




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