Tú pones en mí las fuerzas que necesito cada día
Tú me levantas cuando caigo
Tú secas mis lágrimas
Tú me alientas cuando lo necesito.
Tus abrazos no se comparan con nada
Tus palabras son bellas
Tu silencio es precioso
Tu mirada es eterna.
No cambio nada del mundo por ti
Tú eres lo que yo anhelaba
Gracias, Jesús.